La región italiana de la Emilia Romagna y la EPET 21 de esta ciudad encaran un proyecto para capacitar y difundir el uso de las energías renovables, en una experiencia inédita. La producción de energía de biomasa y biogas es hoy "la opción más fuerte y la apuesta inmediata" en Europa, dijeron Cladio Franzoni y Renzo Bonoli, del Instituto italiano Fernando Santi, que acompaña la iniciativa.
La formación de técnicos en energías renovables es el objetivo de la única escuela técnica argentina que se ocupa específicamente de estas materias: la EPET 21 de San Martín de los Andes.
El colegio nació hace tres años como anexo de la EPET 12 y fue creado este año como independiente. La orientación surgió tras una consulta en escuelas a alumnos y padres para determinar cuáles eran las opciones educativas más interesantes o prometedoras. Así se estableció el uso de energías renovables como la primera alternativa. A partir de allí, el equipo escolar trabajó en la formulación del plan de estudios.
La representante de la región de Emilia Romagna en San Martín, Marta Zuccheri, se contactó con la EPET 21 y presentó la iniciativa en Bolonia. Finalmente se definió un proyecto de difusión y capacitación en energías renovables a través del Instituto Fernando Santi, con intervención del Servicio de Política Europea y Relaciones Internacionales y financiamiento de la región Emilia Romagna, un enclave de 4,5 millones de habitantes al noreste de Italia.
Bonoli y Franzoni, acompañados por el presidente de la Asociación Italiana de San Martín de los Andes, Sergio Landoni, destacaron los alcances de la propuesta, en sintonía con las ideas que hoy se discuten en Europa.
En ese continente hay países que ya tienen un creciente reemplazo de energías convencionales por renovables, como Suecia (51 %), Dinamarca (29,3), Holanda (8,9) y Alemania (10,4). En Italia, la región de Emilia Romagna se destaca en ese sentido.
Franzoni explicó a este diario que "en Europa se está trabajando en el proceso de generación de energía por biomasa y biogas, que es la gran apuesta para el desarrollo en el futuro próximo".
La primera se obtiene a partir del procesamiento de una masa vegetal, conformada con desechos y plantas de cultivo, de la que se extrae energía para electricidad, calor o combustibles. En Emilia Romagna se usa para aportar energía a comunas, colegios e instituciones. Por su parte, el biogas proviene de reacciones de biodegradación de la materia orgánica que terminan por producir metano, dióxido de carbono y monóxido de carbono. También se lo llama "gas de pantano", porque el resultado es similar al que naturalmente se produce en esos ambientes.
Según Franzoni, en la vanguardia de estas modalidades se avanza hacia la "cogeneración", que combina el producido de ambas. El especialista destacó que Europa abandona la energía nuclear porque "no podemos disponer de los desechos, tanto por cuestiones de disposición final, como por temor a atentados terroristas que pudieran provocar un desastre". Sin embargo, no cuestionó su uso en países como el nuestro, porque "en rigor es la verdadera energía, la mejor desde el punto de vista del costo, pero siempre que se pueda tener certeza sobre cómo se manejan las escorias".
Nota del diario Río Negro del 30 de octubre de 2010
____________________________________________
____________________________________________